¿Cuánto te podrías perder si te tardas en empezar a ahorrar?
El hábito del ahorro no es precisamente uno que todos tenemos, hay quienes dicen que si no empezaste de pequeño, luego es más difícil lograrlo, pero la realidad es que nunca es tarde, algunos estudiosos establecen que nuestra relación con el dinero está determinado en buena medida por nuestras capacidades emocionales, seguramente habrán escuchado de aquel famoso experimento longitudinal, en el que se le ofreció a unos niños un malvavisco, si te esperabas varios minutos sin comértelo, al término de ese plazo te podrían dar otro, pero si te lo comías, ya no te daban más. A la vuelta de unos años, los niños que pudieron retardar la obtención del placer de comerse el malvavisco para duplicar su dotación, fuerón los que les fue mejor en la vida.
Con el ahorro pasa exactamente lo mismo, si al lograr un buen sueldo lo primero que se nos ocurre es ir a adquirir todo aquello que siempre soñamos, sin planearlo cuidadosamente, nos podemos meter en una crisis de liquidez o de flujo de efectivo y muy probablemente, para salir del paso, la manera más simple de hacerlo sea fondeando toda esa demanda con nuestras tarjetas de crédito, lo cual nos puede llevar a un endeudamiento monstruoso e impagable.
En mis años como asesor patrimonial, me he encontrado a mucha más gente que le da más miedo ahorrar que gastar y no tengo duda que ésto se debe a un error en la percepción de la satisfacción de las necesidades más elementales.
Abraham Maslow, psicólo norteamericano del SXX, estableció un modelo teórico sobre la motivación humana, en el cual describe con lujo de detalle la categorización de las necesidades que tenemos como especie y aunque su teoría recibió muchas críticas, nos dejó una muy buena idea de porque nuestras necesidades de seguridad, afiliación y reconocimiento, principalmente nos llevan a consumir más de la cuenta.
Actualmente existe muchos libros sobre finanzas personales que nos dan ideas y estrategias para encontrar la libertad financiera, término que por cierto, no tiene una definición universal, pues el plan de vida de cada quien lo termina definiendo de manera diferente en cada caso; pero en lo que sí coinciden la mayoría de los autores, es que para tener una vida financiera sana, existen hábitos y prácticas que nos pueden llevar a un estado en el cual la satisfacción de necesidades y mantenimiento de nuestro estilo de vida, no esté al límite de la supervivencia; uno de esos hábitos es el ahorro. Si tuviéramos que definir el Ying y el Yang de las finanzas personales, diríamos que la dualidad que existe en éste caso, está representada por la relación que guardan el ahorro y el consumo.
Así como en el acondicionamiento físico, en la nutrición humana y en general en las nuevas teorías del bienestar, existen cientos de distintas estrategias para lograr una mejor salud y mantener un cuerpo más funcional durante la mayor parte de nuestra vida, en las finanzas personales también existen distintas propuestas de cómo administrar nuestra economía para satisfacer nuestros requerimientos más elementales hasta el último de nuestros días y todas ellas tiene en común, alguna forma de ahorro.
Excelente artículo. Definitivamente hay que empezar a ahorrar.
Muchas gracias!!!! Nuestra propósito es ayudar a la gente a estar mejor informada sobre su condición financiera